MUCHAS VECES DECIMOS NO TENGO SUERTE

¿POR QUÉ A MÍ?

Muchas veces decimos: ¿Por qué me pasa eso a mí? O “Todo lo malo me pasa a mí”.Estas son 2 de las expresiones más usadas cuando no estamos de acuerdo con situaciones que nos pasan en nuestra vida, siempre creemos que todo lo malo nos sucede a nosotros, pero eso no es así, lo que sucede es que cuando tenemos una mentalidad negativa solo notamos lo malo, cuando uno ve todo con negatividad siempre espera que algo malo nos suceda y no es para hallar una solución, sino para comenzar a decir: “Viste todo lo malo me sucede a mí, no tengo suerte”. Con esa actitud de esperar algo malo no las pasamos, no nos damos cuenta del poder de la mente, si esperamos algo malo por supuesto que nos va a suceder algo malo.Que lindo fuera si en nuestra vida tuviéramos solo pendiente de lo positivo, vivir las cosas buenas con intensidad y pasión, agradecer cada día por lo bueno que nos pasa, pero como no siempre todo será bueno, cuando nos sucedan cosas “malas” aprender de ellas, tener la fortaleza para superarlas y tener mala memoria para no vivir recordándolas.

A pesar de las adversidades siempre debemos sonreír, hacer el bien, recordemos que Dios a cada uno nos da una misión que debemos cumplir mientras estemos “prestados en la tierra”. Pienso que para tener una buena calidad de vida, debemos suprimir lo más rápido posible de ella, el ser negativo, debemos ver y vivir la vida siendo positivo, sin que los obstáculos nos impidan seguir. Debemos hacer como en el atletismo saltar esos obstáculos, que son hechos para superarlos, después de haber recorrido una parte del camino, no mirar atrás, con la excepción de hacerlo solo para darnos cuenta de todo lo que hemos logrado, es más recomendable vivir y disfrutar todo lo bueno que nos sucede en el presente, así como visualizar lo que nos falta de camino, con la única intención de no desistir y renovar nuestras ganas de alcanzar la meta.

                                                                                                                     "Edgar Andrés Arévalo"

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EL PAVO MACHO - HISTORIA REAL

AL PAVO MACHO

(Historia real)

Antiguamente por el distrito de Balsapuerto las comunidades nativas se encontraban a muchos kilómetros de distancia, es así que entre el caserío de nueva alianza y el caserío de centro américa, ambos pertenecientes al mismo distrito, había una inmensa espesura de selva que los separaba entre sí, las vías que unía a estos pueblos amazónicos eran los caminos y el rio; la distancia que existía entre ellos caminando era de una hora.

Cierto día Roger PUA, se había ido desde centro ameria a nueva alianza a jugar futbol, estuvo allí durante todo el día pero al llegar la noche tenía que regresar a su casa, entonces compro su cigarro y emprendió su viaje por tierra; a media hora que estaba yendo caminado escuchó que a unos metros más atrás de donde se encontraba un ruido como si alguien se acercaba a él haciendo mucho ruido como si estarían jalando hojas de shebon (palmera tropical con las hojas parecido al árbol de coco), entonces Roger se detuvo a esperar para ver quién era y así poder continuar su camino haciéndose compañía, sin embargo cuando él se detenía el ruido también se silenciaba, en ese momento Roger pensó que se trataba de alguna broma que le estarían jugando algún amigo--- Roger sonrió y continuó caminando pensando en lo que había escuchado--- a unos minutos más tarde nuevamente se repitió lo mismo; en esta vez Roger, empezó a preocuparse y grito: ¡Hola!, ¿hay alguien ahí?, porque lo que estás haciendo ya no es broma y me está empezando a molestar,  déjate de bromas y es mejor que te presente o te arrepentirás porque no sabes quién soy. Roger decía esto porque en realidad ya empezó a tener miedo y con estas palabras solo se estaba dando valor,--- Al cabo de unos minutos vio a lo lejos del camino una luz incandescente; una parte de él pensó que había alguien más yendo o viniendo en el camino, sin embargo esa luz cada vez iba avanzando más de prisa, entonces Roger se puso a correr a fin de alcanzarlo, pero nunca pudo hacerlo--- a medida que iba avanzando la luz empezó opacarse, en ese momento Roger empezó a sudar frio de miedo, porque no sabía que le estaba pasando, fue así que llegó a un descampado donde los árboles que bordeaban el camino hacia más oscuro y tenebroso la noche, entonces se detuvo y  cuando se disponía realizar un par de oraciones, escucho a sus espaldas el golpe de las alas de un pavo macho, entonces Roger saco su encendedor y al encenderlo, grande fue su sorpresa cuando con la luz de su encendedor vio que  frente tenia a un enorme pavo macho, tan sólo con verle no supo que hacer, lo único que en ese momento se le vino en mente es correr---- mientras Roger corría el supuesto pavo también estaba de tras de él siguiéndole, corrió y corrió hasta acercarse al pueblo de centro américa, fue que al llegar ahí el pavo desapareció, Roger llego a su casa muy asustado por lo que le había pasado; al día siguiente se rumoreo todo el pueblo lo que a Roger le había pasado y por ahí empezaron a salir otros comentarios que a otras personas también les pasó lo mismo que  le había pasado a Roger.

Desde aquel entonces nadie más transitaba en la noche por ese lugar, solo podían pasar hasta las seis de la tarde, entonces denominaron ese sector del camino como “MONTE DEL PAVO MACHO”. Hoy en la actualidad todo ese sector ya está habitado y muchos personas mayores de edad puede dar fue de esta historia.

                                                       Franklin PUA

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LEYENDA - EL AGUILA DEL PONGO DE CAYNARACHI

Cuenta la historia que antiguamente por el Distrito del Pongo de Caynarachi, existía un cerro el cual estaba habitada por una pareja de águila,  y este cerro está ubicado a orillas del rio Caynarachi. --- Antes las personas del campo sacaban sus productos a las ciudades a vender y su único medio de transporte eran las balsas, las canoas, cuentan que una vez un hombre se encontraba llevando su producto a la localidad de Tarapoto y tenía que  pasar por el pongo de Caynarachi y para llegar a eso obligado tenía que pasar por el cerro por donde habitaban las águilas; cuando se disponía a pasar por el cerro, escucho el grito del águila en ese momento no supo que hacer, la única idea y la que salvo la vida fue de tirarse al rio, voltear su canoa y meterse bajo de ella hasta pasar el cerro, eso era la acción que la mayoría hacían, y una vez que paso, se puso a pensar, la forma de cómo acabar con ese peligro que acechaba a las personas que pasaban por ese lugar; eso era la preocupación por mucho tiempo, y tiempo que transcurría escuchaba los rumores que el águila nuevamente cazó a un miembro de una familia que pasaba por ese lugar; un día éste hombre tuvo un sueño  en el cual soñaba matando al águila, soñó la forma como matarla, entonces cuando despertó de ese sueño, al día siguiente se puso a construir una balsa grande de topa, y en medio de ella construyo un corral muy cerrado, así mismo hizo cuatro muñeco del tamaño real de una persona y las llenó con paja, y las puso a cada lado del corral, una vez terminada su balsa con el corral y los muñecos de trapo llenado de paja,  cogió su escopeta y caja de cartuchos y se metió en la jaula que construyó, y emprendió su viaje con dirección al cerro de las águilas, --- cuando estaba cerca escuchó nuevamente el grito de águila y pudo ver en las alturas a un inmenso águila que tenía las fuerzas hasta para levantarse a un toro, y como era de costumbre del águila le abalanzó sobre la balsa y directo se fue a empuñar a uno de los muñecos de trapo pensando que se trataban de personas reales, en ese momento mientras el águila sufría en levantarlo porque estaba bien amarrado a la balsa, el hombre quien se encontraba dentro de la jaula empezó a dispararle al águila,  acabo los cincuenta cartuchos que llevó pero no logró matarle en el instante; el águila agotado y herido no tuvo más opción que regresar a su nido donde le esperaba su pareja; el hombre pasó el cerro y regresó a su pueblo por otro lado, desde ese entonces nunca más volvieron a verle al águila solo quedo el hueco en conde se encontraba su nido y las manchas de sangre que se derramaron de sus presas; y hasta hoy se puede apreciar el hueco del nido de águila, en la cima del cerro.   

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