Franklin PUA RIOS - Estrella de la Mañana

lunes, 29 de agosto de 2016

LEYENDA - EL AGUILA DEL PONGO DE CAYNARACHI





Cuenta la historia que antiguamente por el Distrito del Pongo de Caynarachi, existía un cerro el cual estaba habitada por una pareja de águila,  y este cerro está ubicado a orillas del rio Caynarachi. --- Antes las personas del campo sacaban sus productos a las ciudades a vender y su único medio de transporte eran las balsas, las canoas, cuentan que una vez un hombre se encontraba llevando su producto a la localidad de Tarapoto y tenía que  pasar por el pongo de Caynarachi y para llegar a eso obligado tenía que pasar por el cerro por donde habitaban las águilas; cuando se disponía a pasar por el cerro, escucho el grito del águila en ese momento no supo que hacer, la única idea y la que salvo la vida fue de tirarse al rio, voltear su canoa y meterse bajo de ella hasta pasar el cerro, eso era la acción que la mayoría hacían, y una vez que paso, se puso a pensar, la forma de cómo acabar con ese peligro que acechaba a las personas que pasaban por ese lugar; eso era la preocupación por mucho tiempo, y tiempo que transcurría escuchaba los rumores que el águila nuevamente cazó a un miembro de una familia que pasaba por ese lugar; un día éste hombre tuvo un sueño  en el cual soñaba matando al águila, soñó la forma como matarla, entonces cuando despertó de ese sueño, al día siguiente se puso a construir una balsa grande de topa, y en medio de ella construyo un corral muy cerrado, así mismo hizo cuatro muñeco del tamaño real de una persona y las llenó con paja, y las puso a cada lado del corral, una vez terminada su balsa con el corral y los muñecos de trapo llenado de paja,  cogió su escopeta y caja de cartuchos y se metió en la jaula que construyó, y emprendió su viaje con dirección al cerro de las águilas, --- cuando estaba cerca escuchó nuevamente el grito de águila y pudo ver en las alturas a un inmenso águila que tenía las fuerzas hasta para levantarse a un toro, y como era de costumbre del águila le abalanzó sobre la balsa y directo se fue a empuñar a uno de los muñecos de trapo pensando que se trataban de personas reales, en ese momento mientras el águila sufría en levantarlo porque estaba bien amarrado a la balsa, el hombre quien se encontraba dentro de la jaula empezó a dispararle al águila,  acabo los cincuenta cartuchos que llevó pero no logró matarle en el instante; el águila agotado y herido no tuvo más opción que regresar a su nido donde le esperaba su pareja; el hombre pasó el cerro y regresó a su pueblo por otro lado, desde ese entonces nunca más volvieron a verle al águila solo quedo el hueco en conde se encontraba su nido y las manchas de sangre que se derramaron de sus presas; y hasta hoy se puede apreciar el hueco del nido de águila, en la cima del cerro.   

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