Cuenta la historia que antiguamente por el Distrito del
Pongo de Caynarachi, existía un cerro el cual estaba habitada por una pareja de
águila, y este cerro está ubicado a
orillas del rio Caynarachi. --- Antes las personas del campo sacaban sus
productos a las ciudades a vender y su único medio de transporte eran las
balsas, las canoas, cuentan que una vez un hombre se encontraba llevando su
producto a la localidad de Tarapoto y tenía que pasar por el pongo de Caynarachi y para llegar
a eso obligado tenía que pasar por el cerro por donde habitaban las águilas; cuando
se disponía a pasar por el cerro, escucho el grito del águila en ese momento no
supo que hacer, la única idea y la que salvo la vida fue de tirarse al rio,
voltear su canoa y meterse bajo de ella hasta pasar el cerro, eso era la acción
que la mayoría hacían, y una vez que paso, se puso a pensar, la forma de cómo
acabar con ese peligro que acechaba a las personas que pasaban por ese lugar; eso
era la preocupación por mucho tiempo, y tiempo que transcurría escuchaba los
rumores que el águila nuevamente cazó a un miembro de una familia que pasaba
por ese lugar; un día éste hombre tuvo un sueño
en el cual soñaba matando al águila, soñó la forma como matarla,
entonces cuando despertó de ese sueño, al día siguiente se puso a construir una
balsa grande de topa, y en medio de ella construyo un corral muy cerrado, así
mismo hizo cuatro muñeco del tamaño real de una persona y las llenó con paja, y
las puso a cada lado del corral, una vez terminada su balsa con el corral y los
muñecos de trapo llenado de paja, cogió
su escopeta y caja de cartuchos y se metió en la jaula que construyó, y
emprendió su viaje con dirección al cerro de las águilas, --- cuando estaba
cerca escuchó nuevamente el grito de águila y pudo ver en las alturas a un inmenso
águila que tenía las fuerzas hasta para levantarse a un toro, y como era de
costumbre del águila le abalanzó sobre la balsa y directo se fue a empuñar a
uno de los muñecos de trapo pensando que se trataban de personas reales, en ese
momento mientras el águila sufría en levantarlo porque estaba bien amarrado a
la balsa, el hombre quien se encontraba dentro de la jaula empezó a dispararle
al águila, acabo los cincuenta cartuchos
que llevó pero no logró matarle en el instante; el águila agotado y herido no
tuvo más opción que regresar a su nido donde le esperaba su pareja; el hombre
pasó el cerro y regresó a su pueblo por otro lado, desde ese entonces nunca más
volvieron a verle al águila solo quedo el hueco en conde se encontraba su nido
y las manchas de sangre que se derramaron de sus presas; y hasta hoy se puede
apreciar el hueco del nido de águila, en la cima del cerro.
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lunes, 29 de agosto de 2016
sábado, 27 de agosto de 2016
POEMA - SIEMPRE SERAS MI REINA
SIEMPRE SERAS MI REINA
Decía mi madre cuando era niño,
Ahora me extrañas cuando no estoy
lloras por mí me das cariño
y me acompañas por donde voy.
Pero mañana cuando seas hombre
por una mujer te alejaras,
dejando todo te iras con ella
y poco a poco me olvidaras.
No tendrás tiempo de visitarme
otros deberes has de cumplir,
y aun que no quieras pequeño mío
tu más que nadie me harás sufrir.
Pero no llores mi almita buena
porque aun de muerta te ha de querer,
tú serás siempre mi dicha o mi pena
es el destino de una mujer.
Razón tenía mi pobre madre
por una ella la abandone
con la ilusión de aquellos años
rumbo a la vida me aventure.
Volar quería, batí mis alas
y una casita también forme,
nuevos amores hubo en mi vida
pero a mi madre nunca olvide.
Como me duele no haberle dicho
que eternamente la adorare,
que serás siempre mi linda Reyna
la misma Reyna de mi niñez.
No habrá cariño sobre la tierra
que me la aparte del corazón.
Por qué se quiere de mil maneras,
pero más que a una madre...
más que a una madre tan solo a Dios.
"HUGO ALMANZA DURAND"
POEMA - NO LE DES TODO A TU HIJO
POEMA NO LE DES TODO A TU HIJO
No le des a tu hijo todo lo que quiere
Le será difícil y doloroso, pero es lo mejor que puedes hacer por él
Nunca olvides que tan importante como alimentarlo y educarlo,
Es que le enseñes a vivir valiéndose de sus propios medios,
Algún día no estarás a su lado para alcanzarle lo que necesite,
Por eso desde pequeño, prepáralo para la vida.
Tu hijo debe disfrutar de su niñez con la inocencia propia de su edad,
Recibiendo amor a raudales, pero a la vez aprendiendo a su manera,
que en la vida no se puede tener todo lo que se quiere
y eso depende de tí.
Poco a poco enséñale a cumplir sus deberes,
A defender sus derechos y a practicar el orden y la disciplina,
Pero sin lastimarlo,
Para eso dios te hizo inteligente
Acostúmbralo a controlar sus deseos,
Y a resolver sus necesidades conforme sea posible
Sin alterar la naturaleza de las cosas ni ir por encima de nadie,
Porque todo tiene su lugar y su tiempo
Enséñale a esperar, a decir no y a respetar el no de su prójimo,
A pesar de su corta edad el irá asimilando todos tus consejos,
Porque los niños aunque no lo creas lo entienden todo.
Juega con él hasta el cansancio,
Recuerda que no podrás hacerlo por mucho tiempo,
Pronto crecerá y tendrá otros intereses,
Mientras tanto cuídalo, engríelo, guía sus pasos,
Pero cuando se caiga, si no se ha herido,
Enséñale a levantarse solo.
Que Dios te ilumine, para que además de darle tu amor y tu tiempo,
Sepas inculcarle que existe el hambre, la injusticia, el dolor, la enfermedad y la muerte,
Si no lo haces, cuando crezca estará en desventaja ante los demás y frente a la vida.
En su adolescencia tendrás otras tareas que completarán su formación,
Pero sí de niño le diste todo lo que quería, no podrás ayudarlo mucho,
Y ya de hombre, si logra superarse vivirás orgulloso de sus éxitos,
Pero si no, tendrás mucha culpa de lo que le pasa.
Para
ser feliz no importa lo que el mundo te ofrezca,
sino lo que tú puedas ofrecer,
porque todo lo que se da regresa,
y ante los ojos del Señor
sólo valen las buenas obras.
Al final no te llevarás lo que has guardado,
sólo se irá contigo lo que has hecho
en favor de los demás;
es decir, lo que has dado.
Nunca te quejes, la vida no es fácil,
camino sin piedra no es camino.
No te compares con nadie,
mídete contigo mismo;
es la única manera segura de avanzar.
Ningún ser es infalible, acepta tus errores,
los ajenos no justifican los tuyos.
Pide que te disculpen y corrígete.
La humildad es una virtud maravillosa,
casi inalcanzable, pero no imposible.
Con los años aprenderás que son los atajos
los que alargan el camino,
que la ruta más rápida y segura
es la que ya conoces.
Que nada es gratis en la vida.
Que todo debes ganártelo o merecerlo.
Que ser útil es mejor que ser importante.
Aprende a dominar tus iras.
Sé tolerante, cuántas veces lo serán contigo.
Jamás agredas, no olvides lo que dijo el poeta:
"El golpe daña más al que lo da, que al que lo recibe".
Estira la mano sólo para dar o ayudar.
Quiere a tus parientes y amigos con
todos sus defectos o correrás
el riesgo de quedarte sólo porque
el ser perfecto no existe.
Y acostúmbrate a escuchar;
los consejos no se discuten, se agradecen.
Recuerda que la belleza es fugaz,
que el poder es circunstancial
y que la riqueza es ajena.
Que a fin de cuentas, sólo es tuyo
lo que consumes.
Que por más dinero que tengas,
no serás mejor, no sabrás más,
ni serás más bueno.
Ni siquiera podrás comer
o dormir más que cualquier mendigo.
En todos los actos de tu vida trata de ser justo,
piensa en los demás;
deja que tu corazón cumpla con su deber,
su destino es querer;
para eso lo hizo Dios.
Por lo menos eso pensamos los maestros.
Aprende a valorar el amor que te dan,
siendo poco, tal vez sea lo máximo
que puedan ofrecerte.
No todos tenemos la misma
capacidad de sentir y de dar.
Dichoso tú si puedes hacer feliz al ser que amas.
Cada vez que sientas ternura por los tuyos no te contengas.
Todos tenemos una necesidad increíble de cariño.
Sea cual fuere tu edad, ten tus cosas en orden;
el Señor puede llamarte en cualquier momento.
Enseña a vivir con amor a tu familia;
si están alejados o resentidos, perdónense, nunca es tarde.
La vida es tan corta.
Quiéranse mucho, ahora que pueden hacerlo,
que están presentes, que es físicamente posible.
Recuerda hijo, que mañana si no los aparta la vida,
lo hará la muerte.
Ojalá que estas líneas te ayuden a vivir mejor.
Hasta siempre.
Tu maestro.
sino lo que tú puedas ofrecer,
porque todo lo que se da regresa,
y ante los ojos del Señor
sólo valen las buenas obras.
Al final no te llevarás lo que has guardado,
sólo se irá contigo lo que has hecho
en favor de los demás;
es decir, lo que has dado.
Nunca te quejes, la vida no es fácil,
camino sin piedra no es camino.
No te compares con nadie,
mídete contigo mismo;
es la única manera segura de avanzar.
Ningún ser es infalible, acepta tus errores,
los ajenos no justifican los tuyos.
Pide que te disculpen y corrígete.
La humildad es una virtud maravillosa,
casi inalcanzable, pero no imposible.
Con los años aprenderás que son los atajos
los que alargan el camino,
que la ruta más rápida y segura
es la que ya conoces.
Que nada es gratis en la vida.
Que todo debes ganártelo o merecerlo.
Que ser útil es mejor que ser importante.
Aprende a dominar tus iras.
Sé tolerante, cuántas veces lo serán contigo.
Jamás agredas, no olvides lo que dijo el poeta:
"El golpe daña más al que lo da, que al que lo recibe".
Estira la mano sólo para dar o ayudar.
Quiere a tus parientes y amigos con
todos sus defectos o correrás
el riesgo de quedarte sólo porque
el ser perfecto no existe.
Y acostúmbrate a escuchar;
los consejos no se discuten, se agradecen.
Recuerda que la belleza es fugaz,
que el poder es circunstancial
y que la riqueza es ajena.
Que a fin de cuentas, sólo es tuyo
lo que consumes.
Que por más dinero que tengas,
no serás mejor, no sabrás más,
ni serás más bueno.
Ni siquiera podrás comer
o dormir más que cualquier mendigo.
En todos los actos de tu vida trata de ser justo,
piensa en los demás;
deja que tu corazón cumpla con su deber,
su destino es querer;
para eso lo hizo Dios.
Por lo menos eso pensamos los maestros.
Aprende a valorar el amor que te dan,
siendo poco, tal vez sea lo máximo
que puedan ofrecerte.
No todos tenemos la misma
capacidad de sentir y de dar.
Dichoso tú si puedes hacer feliz al ser que amas.
Cada vez que sientas ternura por los tuyos no te contengas.
Todos tenemos una necesidad increíble de cariño.
Sea cual fuere tu edad, ten tus cosas en orden;
el Señor puede llamarte en cualquier momento.
Enseña a vivir con amor a tu familia;
si están alejados o resentidos, perdónense, nunca es tarde.
La vida es tan corta.
Quiéranse mucho, ahora que pueden hacerlo,
que están presentes, que es físicamente posible.
Recuerda hijo, que mañana si no los aparta la vida,
lo hará la muerte.
Ojalá que estas líneas te ayuden a vivir mejor.
Hasta siempre.
Tu maestro.
- Hugo
Almanza Durand -