Franklin PUA RIOS - Estrella de la Mañana

sábado, 27 de agosto de 2016

POEMA - NO LE DES TODO A TU HIJO



POEMA NO LE DES TODO A TU HIJO

No le des a tu hijo todo lo que quiere
Le será difícil y doloroso, pero es lo mejor que puedes hacer por él

Nunca olvides que tan importante como alimentarlo y educarlo,
Es que le enseñes a vivir valiéndose de sus propios medios,
Algún día no estarás a su lado para alcanzarle lo que necesite,
Por eso desde pequeño, prepáralo para la vida.

Tu hijo debe disfrutar de  su niñez con la inocencia propia de su edad,
Recibiendo amor a raudales, pero a la vez aprendiendo a su manera,
que en la vida no se puede tener todo lo que se quiere
y eso depende de tí.

Poco a poco enséñale a cumplir sus deberes,
A defender sus derechos y a practicar el orden y la disciplina,
Pero sin lastimarlo,
Para eso dios te hizo inteligente

Acostúmbralo a controlar sus deseos,
Y a resolver sus necesidades conforme sea posible
Sin alterar la naturaleza de las cosas ni ir por encima de nadie,
Porque todo tiene su lugar y su tiempo

Enséñale a esperar, a decir no y a respetar el no de su prójimo,
A pesar de su corta edad el irá asimilando todos tus consejos,
Porque los niños aunque no lo creas lo entienden todo.

Juega con él hasta el cansancio,
Recuerda que no podrás hacerlo por mucho tiempo,
Pronto crecerá y tendrá otros intereses,
Mientras tanto cuídalo, engríelo, guía sus pasos,
Pero cuando se caiga, si no se ha herido,
Enséñale a levantarse solo.

Que Dios te ilumine, para que  además de darle tu amor y tu tiempo,
Sepas inculcarle que existe el hambre, la injusticia, el dolor, la enfermedad y la muerte,
Si no lo haces, cuando crezca estará en desventaja ante los demás y frente a la vida.

En su adolescencia tendrás otras tareas que completarán su formación,
Pero sí de niño le diste todo lo que quería, no podrás ayudarlo mucho,
Y ya de hombre, si logra superarse vivirás orgulloso de sus éxitos,
Pero si no, tendrás mucha culpa de lo que le pasa.



Para ser feliz no importa lo que el mundo te ofrezca,
sino lo que tú puedas ofrecer,
porque todo lo que se da regresa,
y ante los ojos del Señor
sólo valen las buenas obras.

Al final no te llevarás lo que has guardado,
sólo se irá contigo lo que has hecho
en favor de los demás;
es decir, lo que has dado.

Nunca te quejes, la vida no es fácil,
camino sin piedra no es camino.
No te compares con nadie,
mídete contigo mismo;
es la única manera segura de avanzar.

Ningún ser es infalible, acepta tus errores,
los ajenos no justifican los tuyos.
Pide que te disculpen y corrígete.
La humildad es una virtud maravillosa,
casi inalcanzable, pero no imposible.

Con los años aprenderás que son los atajos
los que alargan el camino,
que la ruta más rápida y segura
es la que ya conoces.
Que nada es gratis en la vida.

Que todo debes ganártelo o merecerlo.
Que ser útil es mejor que ser importante.
Aprende a dominar tus iras.
Sé tolerante, cuántas veces lo serán contigo.

Jamás agredas, no olvides lo que dijo el poeta:
"El golpe daña más al que lo da, que al que lo recibe".
Estira la mano sólo para dar o ayudar.
Quiere a tus parientes y amigos con
todos sus defectos o correrás
el riesgo de quedarte sólo porque
el ser perfecto no existe.

Y acostúmbrate a escuchar;
los consejos no se discuten, se agradecen.
Recuerda que la belleza es fugaz,
que el poder es circunstancial
y que la riqueza es ajena.
Que a fin de cuentas, sólo es tuyo
lo que consumes.

Que por más dinero que tengas,
no serás mejor, no sabrás más,
ni serás más bueno.
Ni siquiera podrás comer
o dormir más que cualquier mendigo.

En todos los actos de tu vida trata de ser justo,
piensa en los demás;
deja que tu corazón cumpla con su deber,
su destino es querer;
para eso lo hizo Dios.
Por lo menos eso pensamos los maestros.

Aprende a valorar el amor que te dan,
siendo poco, tal vez sea lo máximo
que puedan ofrecerte.
No todos tenemos la misma
capacidad de sentir y de dar.
Dichoso tú si puedes hacer feliz al ser que amas.

Cada vez que sientas ternura por los tuyos no te contengas.
Todos tenemos una necesidad increíble de cariño.

Sea cual fuere tu edad, ten tus cosas en orden;
el Señor puede llamarte en cualquier momento.
Enseña a vivir con amor a tu familia;
si están alejados o resentidos, perdónense, nunca es tarde.
La vida es tan corta.

Quiéranse mucho, ahora que pueden hacerlo,
que están presentes, que es físicamente posible.
Recuerda hijo, que mañana si no los aparta la vida,
lo hará la muerte.

Ojalá que estas líneas te ayuden a vivir mejor.
Hasta siempre.

Tu maestro.

                                                                                     - Hugo Almanza Durand -

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